domingo, 7 de agosto de 2016


 cancion sobre el tomate 

 
Don Tomate


Don Tomate esta muy triste porque no pudo ir a comprar
un gorrito que le hace falta
para poderse casar.

Si no tiene su gorro puesto, dona Pera se va a burlar
pues no tiene ni un pelo en la cabeza
y así le da vergüenza
que lo vean los demás,
pues no tiene ni un pelo en la cabeza
y así le da vergüenza
que lo vean los demás.

Cuando el apio llegó a la boda, encontró esta revolución,
puso fin a todo el problema,
y le puso una peluca de algodón.

Se casaron vivieron muy felices,
tomatico es apreciado en toda la región.
Y tuvieron una nueva familia de frutas y verduras
en toda la región.
   
Poemas y odas sobre el tomate 


Poema al tomate


Ay! ¡Qué disparate! 
¡Se mató un tomate
¿Quieren que les cuente? 

Se arrojó en la fuente 
sobre la ensalada 
recién preparada. 

Su vestido rojo, 
todo descosido, 
cayó haciendo arrugas 
al mar de lechugas. 

Su amigo el zapallo 
corrió como un rayo 
pidiendo de urgencia 
por una asistencia 

Vino el doctor Ajo 
y remedios trajo. 
Llamó a la carrera 
a Sal, la enfermera. 

Después de secarlo 
quisieron salvarlo, 
pero no hubo caso: 
¡estaba en pedazos! 

Preparó el entierro 
la agencia “Los Puerros”. 
y fue mucha gente... 
¿quieren que les cuente? 

Llegó muy doliente 
Papa, el presidente 
del club de Verduras, 
para dar lectura 
de un “verso al tomate” 
(otro disparate) 
mientras, de perfil 
el gran perejil 
hablaba bajito 
con un rabanito. 

También el laurel 
(de luna de miel 
con doña nabiza) 
regresó de prisa 
en su nuevo yate 
por ver al tomate

Acaba la historia: 
ocho zanahorias 
y un alcaucil viejo 
forman el cortejo 
con diez berenjenas 
de verdes melenas 
sobre una carroza 
bordada de rosas. 

Choclos musiqueros 
con negros sombreros 
tocaban violines, 
quenas y flautines, 
y dos ajíes sordos 
y espárragos gordos 
con negras camisas 
cantaron la misa. 

El diario “ESPINACA” 
la noticia saca. 
HOY, QUÉ DISPARATE! 
¡SE MATÓ UN TOMATE

Al leer, la cebolla 
llora en su olla. 
Una remolacha 
se puso borracha. 
—¡Me importa un comino! 
—dijo don Pepino... 
y no habló la acelga 
(estaba de huelga). 


Poema de Elsa Bornemann



ODA AL TOMATE
La calle
se llenó de tomates,
mediodía,
verano,
la luz
se parte
en dos
mitades
de tomate,
corre
por las calles
el jugo.
En diciembre
se desata
el tomate,
invade
las cocinas,
entra por los almuerzos,
se sienta
reposado
en los aparadores,
entre los vasos,
las mantequilleras,
los saleros azules.
Tiene
luz propia,
majestad benigna.
Debemos, por desgracia,
asesinarlo:
se hunde
el cuchillo
en su pulpa viviente,
es una roja
víscera,
un sol
fresco,
profundo,
inagotable,
llena las ensaladas
de Chile,
se casa alegremente
con la clara cebolla,
y para celebrarlo
se deja
caer
aceite,
hijo
esencial del olivo,
sobre sus hemisferios entreabiertos,
agrega
la pimienta
su fragancia,
la sal su magnetismo:
son las bodas
del día,
el perejil
levanta
banderines,
las papas
hierven vigorosamente,
el asado
golpea
con su aroma
en la puerta,
es hora!
vamos!
y sobre
la mesa, en la cintura
del verano,
el tomate,
astro de tierra,
estrella
repetida
y fecunda,
nos muestra
sus circunvoluciones,
sus canales,
la insigne plenitud
y la abundancia
sin hueso,
sin coraza,
sin escamas ni espinas,
nos entrega
el regalo
de su color fogoso
y la totalidad de su frescura.